De acuerdo con el último Informe Mundial de Cáncer publicado por la OMS, podríamos evitar uno de cada uno de cada tres fallecimientos por cáncer en el mundo controlando adecuadamente los cinco principales factores de riesgo evitables,  entre los que se encuentra el consumo de tabaco.

El consumo de tabaco es responsable de más de la tercera parte de los cánceres que se producen en el mundo y no existe ninguna forma saludable de consumirlo. Fumar sigue siendo la forma más peligrosa de consumo, al añadir, a través de la combustión, un gran número de sustancias tóxicas de carácter carcinógeno. El riesgo de desarrollar cáncer es multifactorial pero – en cuanto al consumo de tabaco se refiere- no depende solo del número de años que se fume sino también de la intensidad de dicho consumo, por lo que la mejor forma de disminuir este riesgo sería el no empezar a fumar o dejarlo lo antes posible.

A los intentos globales de control y regulación del consumo por parte de las autoridades sanitarias y legislativas, las empresas tabacaleras han respondido derivando el modelo de negocio hacia la introducción en el mercado de  nuevos modelos de dispensación de nicotina (la sustancia química que mantiene la adicción) bajo la falsa promesa de ser inocuos o menos dañinos para la salud tanto del consumidor principal como de las personas que les rodean.

Los adolescentes y los llamados fumadores disonantes (personas que sienten que están perjudicando su salud, su economía y dando mal ejemplo a las personas jóvenes de su entorno) son el público objetivo a los que van dirigidos estos sofisticados productos ( e-cigs, ENDS, ANDS, cigarrillos electrónicos tipo bolígrafo, vaporizadores …etc) en absoluto inocuos para la salud por su contenido en sustancias peligrosas vía inhalada como son el propilenglicol, la glicerina vegetal, compuestos orgánicos volátiles, saborizantes…además de muy frecuentemente nicotina, para mantener el consumo.

Existen evidencias científicas de que las personas fumadoras que desean hacer un intento serio de dejar de fumar tienen resultados cuatro veces mejores cuando combinan el apoyo farmacológico con el conductual. Los tratamientos sustitutivos con nicotina en sus múltiples presentaciones (comprimidos, chicles medicamentosos, parches cutáneos, sprays…), la citisina -utilizada con éxito  desde hace años en los países de la llamada Europa del Este- así como el bupropion y la vareniclina (una vez los laboratorios que los fabrican solventen adecuadamente sus problemas de fabricación y distribución en España),  han demostrado ser una ayuda eficaz para la cesación.

En la Fundación Oncoayuda, profesionales especializados en tratamiento del tabaquismo (médicos, psicólogos, enfermeras, farmacéuticos….) estamos a tu disposición para ayudarte a dejar de fumar y mejorar tu salud sea cual sea tu edad  o situación personal.

¡Cuenta con nosotros! Podemos ayudarte.

Dra. Olga F. Rancaño